Texto del artista:

Me quedaban dos horas en el D.F. antes de mi regreso a Guadalajara. Dos horas que no quería desperdiciar y que me permitieron descubrir la extraordinaria pieza arquitectónica que es el museo Soumaya.

Recorriendo los seis pisos a la velocidad de los trenes, me detuve en el segundo, donde quedé sorprendido con el atrevimiento del curador al exponer la parte posterior de varios cuadros, suspendidos desde el techo.

Con sólo dos horas no podía poner atención a todas las obras, pero si pude elaborar una nueva pensando en lo contemporáneo que fue presentar el marco por detrás. Siguiendo mi maratón hacia el sexto piso, imaginé la serie en mi cabeza y tuve que regresar rápidamente al segundo para fotografiar las cédulas de las obras, imprescindibles para completar la pieza.

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